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domingo, 3 de enero de 2016

Gran Café de Gijón

"Los Cafés literarios, como el Gran Café de Gijón, constituyen algo más que un café tradicional. Son instituciones culturales, símbolos de la ciudad que les alberga, son repúblicas de sueños para los artistas, los creadores, para los intelectuales."
Así empiezan a narrar en su web www.cafegijon.com la historia de este emblemático lugar en Madrid que atrae tanto a turistas como a gente de meñique en alto, y a escritores hipsters con aires de bohemio, aunque nosotras no somos de ésas (por supuestísimo).

El Café Gijón no lo conocía no demasiado, más por la parte que atañe a Baroja, uno de mis escritores favoritos, y como interés turístico. Situado en pleno centro del Paseo de Recoletos, es inevitable evitarlo. Había pasado numerosas veces por su puerta, me había quedado mirando a través de los cristales a sus camareros perfectamente uniformados, y a las pieles y joyas de algunas ancianas que devoraban un chocolate con churros.


Mi amiga me propuso ir a escribir allí, yo que no conozco mayor inspiración que un buen café infinito. Buena compañía y escribir donde mi autor favorito había escrito hace ¿casi? un siglo me convencieron de inmediato. Además que siempre estoy dispuesta a descubrir algún rincón pendiente de Madrid.

Pues bien, con mis diez minutos habituales de retraso, mi amiga estaba sentada ya en el interior. Las paredes en madera oscura y los asientos de madera también, con bancos corridos tapizados en rojo, más las lámparas redondas, transportan atrás en el tiempo tal cual entras. Estoy a punto de alcanzar la mesa de mi amiga cuando me intercepta un camarero que sin apenas mirarme me espeta que debo esperar detrás de aquella mesa. Con mi sonrisa más cínica le indico que me esperan en esa otra mesa, y paso de largo. Mal empezamos.

El ambiente sin embargo me gusta, la gente no grita, incluso los niños que son los que más se oyen, no se mueven de sus mesas. En parte quizá porque con tal de aprovechar el espacio apenas hay aire entre las mesas. Pero poder entrar en una cafetería, tan amplia como ésta, y no tener que gritar para conversar con el que tienes al lado, se agradece hoy en día.

Llega la hora de pedir, y sin mirar la carta pido mi café con leche habitual para escribir. Primer detalle, no hay enchufes, menos mal que mi portátil es nuevo y aguanta como un campeón toda la tarde. Los asientos no es que sean lo más cómodo, pero cuando me traen el café me importa el resto bien poco. Si no me ganan con el café, apaga y vámonos. Eso sí, ojo, lo sirven bien caliente, menos mal que no me importa y hasta lo agradezco porque quiero que dure. No he visto los precios pero como sitio turístico e histórico que es, barato precisamente no esperaba que fuera.

El café resulta muy bueno, y se agota antes de que haya podido escribir una palabra, así que me atrevo a coger la carta. Tartas a 6€ (queso, zanahoria, de Santiago, chocolate y menta... Hasta tienen brownie), confirmadas por el camarero como caseras, a ese precio más les vale. Nuestra sorpresa es cuando al pedir la de queso nos traen casi un cuarto de tarta ¡a cada una! Y riquísima, en mi próxima visita la de zanahoria cae fijo.

El cappuccino me comenta mi amiga que está bastante bien, y en la segunda ronda, otro café con leche para mí y un irlandés para la valiente, el irlandés resulta ser tan irlandés que mi amiga casi empieza a hablar en inglés raro y a ver Leprechauns por la cafetería. Bien servido de whisky, vamos. Me da a probar y efectivamente no exagera.

Precio final, casi 35€. Pero no se puede esperar mejor precio de un sitio así. Volveré, eso seguro, pero en alguna ocasión especial.


Foto cortesía de YeliNails https://www.facebook.com/yelinails.manicura/

miércoles, 1 de mayo de 2013

Pizzería Di Carlo




Hace unas semanas abrieron en nuestro barrio, en Móstoles (Madrid), una pizzería. Nada más ver el cartel, nos dijimos: "tenemos que probarlo". Para nosotros es difícil que una pizza supere a las de Domino's (cuestión de gustos), pero las pizzas de aquí no tienen nada que ver.

El lema de esta franquicia que nació en Madrid es "la pizza que recordabas", y la verdad es que lo cumple. Las pizzas están tremendas, muy frescas, con ingredientes del día y con queso del que estiras y se alarga. Tienen pequeñas, medianas y familiares. Y las familiares son una bestialidad, de una comen 4 personas, o más, con mucha hambre.

Pizza Quattro Stagione familiar

Tienen diferentes especialidades, pero encontramos ingredientes de los que quizá abusen un poco, como es la cebolla. Y es que si te pides una especialidad que contenga cebolla, suele tener mucha. Habrá gente a quien le guste o incluso le encante, pero a nosotros no, principalmente porque tiende a repetir después.

Calzone
Una de las especialidades que más nos han gustado han sido las calzone, que te puedes pedir igual que si fuera una pizza normal, es decir, puedes pedirte una especialidad o bien elegir tú mismo los ingredientes. Como ingredientes curiosos, disponen de salchichas y patatas fritas. Sí, patatas fritas como ingrediente de una pizza.

Por otro lado, aparte de pizzas, también disponen de entrantes/complementos, pastas, ensaladas y helados. De entrantes ya hemos probado los palitos de mozzarella y las croquetas. Los primeros tienen un grueso rebozado de pan con ajo y perejil, lo que le da un sabor un poco fuerte, quizás en parte para contrarrestar el sabor algo soso del queso. Las croquetas no son nada del otro mundo, se notan que son ultracongeladas (imaginamos que al igual que todos los otros complementos: nuggets, bolitas de pollo, alitas...).


Fingers de mozzarella y croquetas

Como alternativa a pizza, tienen perrito caliente, spaguetti a la boloñesa, tagliatelle a la carbonara, lasaña, canelones, y ensalada a la que añadir los ingredientes que gustes (jamón york, piña, atún, pollo...). Aún no hemos probado estos platos pero no lo descartamos en una próxima visita.

De postres y bebidas, no hay nada que resaltar, a excepción de la jarra de cerveza que te la sirven con la jarra recién salida del congelador y servida bien fría de grifo. De esas que cuando aprieta el calor entran como agua. El resto de bebidas son refrescos de lata (Pepsi, Lipton, Kas y 7up) al igual que la cerveza más barata y la sin alcohol. Luego está copa de cerveza, jarra de cerveza, agua mineral de medio litro y litro y medio (desconozco la marca, por eso nunca la hemos pedido), y vino lambrusco rosado o tinto. Los postres se componen sólo de helados: hay tarrinas de Ben&Jerry's y de Carte D'Or, mini Magnums y tarta helada de láminas. La verdad es que algún postre que no sea helado se echa en falta, pero es posible que amplien los postres ya que, recordamos, acaban de abrir.

Nosotros estuvimos en el restaurante de la Calle Andrómeda, en el PAU de Móstoles, donde a través de los cristales puedes ver cómo elaboran las pizzas. El interior es diáfano, espacioso y algo desangelado, pues no hay nada de decoración, suponemos porque acaban de abrir. Además la música, una emisora de radio conocida, estaba a un volumen no muy alto pero audible, lo cual es de agradecer. Como punto positivo, la entrada, el aseo de mujeres y el local en sí está totalmente habilitado para personas con movilidad reducida.


Los precios rondan entre los 10-15€ las pizzas, los complementos 3€ (un complemento es para dos personas), las pastas 5€ y los helados entre 3 y 6€. Al igual que las pizzas, el precio varía según el tamaño. Pero suelen disponer de ofertas y menús que salen rentables, sobre todo si es un grupo grande, o dos personas muertas de hambre. Y como cualquier pizzería, disponen de servicio a domicilio, local y recoger.

Para saber más información se puede visitar su web donde están todos los ingredientes, la carta, localizador de restaurantes, etc.

domingo, 7 de abril de 2013

Garfunkel's Restaurant


El Garfunkel's Restaurant es un restaurante con un estilo americano pero con platos típicos de Reino Unido. Hay desde hamburguesas, perritos, pasando por salchichas y empanadas de carne, por eso no hay que pensar en él como en un Foster's o un Fridays. Tiene un estilo propio tirando a lo clásico. 

Fuimos al situado en el Strand, en las inmediaciones de Covent Garden. No había mucha gente puesto que la hora inglesa de comidas había pasado. La calle es principalmente comercial, pero no muy transitada por turistas, así que el ambiente fue muy tranquilo.

La música era agradable, con un volumen perfecto para hablar sin tener que alzar la voz, la ambientación se complementaba con carteles de la época y fotos en blanco y negro o en sepia. El servicio es muy amable, paciente con gente de habla no inglesa, no llegan a agobiar y además muy rápido. Tienen menú de Lunes a Viernes y se puede hacer reservas en su página web www.garfunkels.co.uk

Pedimos una coca-cola, una jarra de agua, una ración de pan de ajo con queso, Pie & Mash, un plato típico británico que consiste en una especie de crema de pechuga de pollo y champiñones cubierto por hojaldre. Servido extremadamente caliente con guarnición de puré de patatas. También pedimos un entrecot de 7 onzas con patatas fritas. Y de postre, un chocolate & honey comb waffle (gofre con dos bolas de chocolate con pepitas crujientes de miel y salsa de chocolate) y una tarta de queso. Todo ello por 41,03 Libras.

La comida era fantástica y abundante, el pan de ajo era para compartir de forma obligatoria por la cantidad que nos pusieron. El punto más negativo se lo llevaron las patatas fritas del entrecot, las cuales estaban resecas, pero como contrapartida, la apoteosis de la tarta de queso. La que sirven allí hace que sienta la mayor vergüenza por lo que sale del horno cuando yo la hago.

Añadimos que, aunque no las usamos, también sirven en la terraza (2 o 3 mesas para dos, la acera del Strand no da para mucho) y aceptan pago con tarjeta.

sábado, 19 de enero de 2013

Caffè Nero



Descubrimos el Caffè Nero con unos amigos en un viaje a Londres. Se trata de una franquicia de cafeterías que presumen de tener auténtico café italiano. Nunca hemos estado en Italia para saber cómo es el café allí, pero lo que sí sabemos que si buscas un buen café en Londres, el mejor es el que preparan en Caffè Nero.

En nuestro último viaje estuvimos en el local que tienen en Tooley Street, al lado del Tower Bridge y el  City Hall (Ayuntamiento de Londres). Lo primero que nos encontramos en aquella visita fue que en el horario que marcaba en la puerta abrían todos los días a las 6:00, cosa totalmente lógica pues la zona es de oficinas y organizaciones gubernamentales. Eran las 9 menos cuarto y aquello estaba cerrado. Cuando abrieron, nos pedimos un white chocolate mocca (un mocca de chocolate blanco, es decir, café con chocolate), un chai tea latte (té especiado con leche, buenísimo para los catarros) y un  panini o sándwich de pollo, bacon y arándanos. Todo por 9'90 libras, unos 11€ aproximadamente.

 Chai tea latte

La primera vez que entras es difícil elegir algo para comer. Por un lado tienes los típicos sándwiches precocinados, zumos, yogures, etc. Pero en la barra tienen una amplia gama de bollería que va desde los clásicos croissants de mantequilla hasta bollos típicos ingleses como el scone (bollitos duros y no muy dulces con fruta que sirven calientes con mantequilla y mermelada) o los mince pies (pastelitos rellenos de fruta confitada, extremadamente dulce). Y lo mejor, toda la bollería sabe tan bien como aparenta.


En un primer momento el sándwich con arándanos no convenció demasiado, pero una vez calentado el sabor con el pollo es sorprendente de lo bueno que está. Cuando pides algo que requiere calentarse, te dan un trozo de madera con un número y mientras tomas asiento, te lo llevan a la mesa cuando esté listo. Cabe recalcar que las tazas de café son enormes, por lo cual pedirse cualquier bebida caliente en tamaño grande es pedir casi una litrona. Sin embargo, tan sólo disponen de las clásicas bebidas, muy sencillas y sin complicaciones, al igual que los sándwiches de los que tan sólo tienen de dos o tres tipos.

White chocolate mocca - pequeño

Todas las cafeterías Nero se caracterizan por tener al menos una pared pintada de azul y el uso de maderas oscuras en el mobiliario. También disponen de zona de mesas de café con sofás y sillones la mar de cómodos donde desayunar sin prisas y acurrucarse para resguardarse del frío londinense. Pero en este local en concreto encontramos ciertos detalles que afean el conjunto, como desconchones en las paredes o en las mesas, o tapicerías desgastadas y rajadas.


Es un lugar para relajarse con una buena taza de café, hay algunos locales que incluso a veces tienen música en vivo. Pero por otro lado las máquinas de café hacen tanto ruido que alteran un poco el ambiente e interrumpen la conversación.

Un detalle que nos llamó la atención es que siendo una de las mejores cadenas cafeteras de Reino Unido, de las más conocidas, de todas las veces que hemos visitado estas cafeterías  ninguna dispusiera de acceso para minusválidos pues siempre tienen algún escalón o el mismo espacio no está adaptado para sillas de ruedas.

viernes, 4 de enero de 2013

Pret a Manger



Pret A Manger, http://www.pret.com/, es una cadena de restaurantes donde conseguir de forma decente y económica una comida. En la página web podéis ver los platos y localizaciones de las franquicias.


Aunque pueda parecer a simple vista que pueda tratarse de un Starbucks o tener poca variedad de productos, la verdad es que en cada franquicia de la cadena hay bastante variedad de sándwiches, sopas, ensaladas de dos tamaños, bandejas de sushi, yogures, bebidas y fruta fresca. 

Se hace hincapié en que la comida se prepara cada día, y esa frescura se nota. El pan de los sándwich, tanto los calientes como los fríos, está tierno y es lo suficientemente denso como para soportar la cantidad de ingredientes con los que son cargados. 


Fuimos al que se encuentra al lado de la estación de King’s Cross el día 4 de diciembre después de descargar el equipaje en el hostal. Alrededor de las 21:00 cenamos. 


Pedimos un sándwich caliente de mozzarella, camembert, tomate y pesto, dos sándwich calientes de pollo, queso y mostaza, una coca-cola y un mango & passion fruit water (agua con sabor que no llega a ser zumo, resultando una versión más suave que el zumo).  Todo ello costó 14 £.

El servicio muy atento y amable, resolviendo cualquier duda que tuviéramos, indicándonos que nos sentáramos en la mesa libre de nuestra elección, que ya nos acercarían los sándwich cuando éstos estuvieran calientes.

Aunque este fuera pequeño, como todos los locales de la zona resulta acogedor.

Y así acabamos la primera entrada sobre restaurantes, en unos días, la segunda. Bon proffit.

martes, 1 de enero de 2013

Bienvenida


Bienvenidos a “haciendo la croqueta” un blog de dos dedicado a todos vosotros, lectores de blogs.
En este blog vamos a hablar de restauración.



No, no de este tipo de restauración.
Hablamos de comer, mangiar, eat, jalar… y, en este blog vamos a mostraros lugares donde hemos comido, tanto en territorio nacional como en el extranjero, y contaros nuestras impresiones en cuanto a decoración, precio y calidad.


Esperamos que disfrutéis en vuestra visita. Bon apetit.